Swimming Pool {Libre.}

[Gary Harrison]

El buen tiempo y las cálidas temperaturas de las que disfrutaban en esos días pre-veraniegos era una excusa perfecta para pasarse por las piscinas de las que podían disfrutar los alumnos de aquella Universidad. Y es que quien lo fundó no escatimo en ningún detalle, sin duda muy de agradecer por parte de los alumnos, quienes cansados de sus horarios lectivos y trabajos autónomos daban gracias al cielo de tener algo como una piscina donde relajarse y pasar las peores horas de calor del día.

Gary tenía el día libre, algo que era de agradecer y que sin duda iba a aprovechar para darse un pequeño capricho. Sabía que el día era muy largo y que sus deberes no iban a moverse de la habitación de su residencia, así que pensó que no estaría del todo mal ir a darse un pequeño chapuzon en la piscina.

Cargado con su toalla en una pequeña bolsa de tela que su madre le cosió años atrás cuando era más joven, se dirigió a la piscina, al llegar no se encontró con demasiadas personas. Claro, era de mañana, la mayor parte del alumnado debía de estar en clase, así que pocos eran los que podían disfrutar de la piscina en la mañana. 

Con la mirada buscó algún lugar donde dejar su bolsa y prendas, y finalmente dio con una tumbona no muy lejos de donde él estaba. Una sonrisa se dibujo en su rostro ante el descubrimiento y no dudo en acercarse al susodicho mueble viendo que estaba desocupado.

Dejó la bolsa y sacó la toalla, la cual se encontraba debidamente doblada, todo muy pulcro y correcto sin duda. Tras extenderla y dejarla en la tumbona, se deshizo de sus prendas, en primer lugar la camiseta básica y de un simple color celeste, sin ningún motivo estampado, seguido después de sus zapatos y finalmente el pantalón, quedando en ropa de baño que consistía en unos pantalones cortos holgados, para comodidad del chico, de un color verde oscuro.

Se sentía algo extraño el verse así en un lugar como ese y más tras haber pasado un invierno completo sin exponer su piel a la luz dando como resultado que su tez fuese bastante pálida.

Una vez listo, y dispuesto para tomar su baño refrescante fue hasta las escaleras, y lentamente se fue metiendo. No, Gary no era del tipo de chico que entraba con un salto de cabeza a la piscina, no al menos la primera vez. Si hubiese estado con sus hermanos pequeños, jugando como solían hacerlo, si que lo hubiese hecho, pero estando solo no lo venía realmente necesario.

Dentro del agua finalmente sintió como la temperatura de su cuerpo se regulaba lentamente, acostumbrándose a los grados menos que el líquido tenía.

Sin duda para él aquello era un relax completo.